El hombre expulsa sin cesar lo que es, lo que siente, lo que significa ante sus propios ojos. Sea mediante el lenguaje, que tiene función de exorcismo, o mediante todos los artefactos técnicos que ha inventado, y en cuyo horizonte está a punto de desaparecer, en un proceso irreversible de transferencia y de sustitución.
El término acting-out resume perfectamente esta especie de energía que tiende a liberarse de algo, y sin duda de ella misma en primer lugar.
Ya no estamos alienados en el centro de una realidad conflictiva, somos expulsados, al contrario, por una realidad definitiva y no contradictoria.
Lévi-Strauss distinguía dos tipos de cultura: las que introyectan, absorben, devoran -las culturas antropofágicas-, y las que vomitan, eyectan, expulsan -las culturas antropoémicas, las culturas modernas-. Pero la nuestra, nuestra cultura contemporánea, parece realizar una brillante síntesis entre las dos, la del pensamiento en la Inteligencia Artificial.
Todo quedará a un tiempo acabado, realizado y expulsado al vacío. Entraremos, liberados de nosotros mismos, en el universo espectral y sin problemas. E-so es \a Gran Virtualidad.
En un mundo real, la muerte también se vuelve real, y segrega un pavor proporcionado. Mientras que en un mundo virtual nos ahorramos el nacimiento y la muerte, a la vez que una responsabilidad tan difusa y abrumadora que es imposible de asumir. Sin duda estamos dispuestos a pagar ese precio para ya no tener que ejercer perpetuamente la tarea aplastante de distinguir lo verdadero de lo falso, el bien del mal, etc.
¿Cuál es el deseo metafísico más radical, el goce espiritual más profundo? El de no estar ahí pero ver. Como Dios. Ya que Dios precisamente no existe, lo que le permite asistir al mundo en su ausencia.
Si puedo ver el mundo más allá de mi desaparición, es que soy inmortal.
Estrictamente hablando, la existencia, el ser y lo real son imposibles. La única solución a esta situación, aparte del recurso metafísico a una voluntad superior (la de Dios, que ya no funciona), es el crimen. El crimen está en el arranque de todas las culturas como el acting-out por excelencia.
Nosotros, obsesionados por la realidad objetiva, descargamos nuestra ilusión de ser sobre la técnica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario